La capital de la República Dominicana es una de las ciudades que más historia esconde de todo el Caribe. Punta de lanza en el descubrimiento de América, Santo Domingo guarda hoy entre sus calles lugares de ocio y compras o sitios naturales como el Parque Nacional los Tres Ojos que poco tienen que ver con el pasado de la isla.
Pero hoy nos vamos a centrar en la zona colonial de la ciudad, para conocer la historia de la estatua más famosa de este sitio: la erigida en honor a Cristóbal Colón.
El monumento a Cristóbal Colón se encuentra en la ciudad colonial de Santo Domingo. El parque Colón es el punto exacto en el que está erigida la estatua, rodeada de otras edificaciones históricas muy importantes como la catedral de Nuestra Señora de la Encarnación, considerada la primera catedral de América.
En la zona colonial también podemos visitar otros monumentos como el Alcázar de Colón o el museo de las Casas Reales, que sin duda merecen la pena por la cercanía con el monumento a Cristóbal Colón. Otros lugares que visitar son el Panteón de la Patria, un mausoleo en el que se guardan las tumbas de algunos de las personas más reconocidas de la República Dominicana.
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Ahora sí, pongámonos manos a la obra para conocer realmente la historia del monumento a Cristóbal Colón. La figura fue realizada en bronce por el afamado escultor Ernesto Gilbert entre los años 1885 y 1886. Fabricada en Francia, fue trasladada hasta la capital dominicana en el año 1887, efectuándose su inauguración el día 28 de febrero de ese mismo año.
La estatua consta de la figura de Cristóbal Colón apuntando hacia el norte, a algún punto indeterminado de la América que el mismo descubrió cuando pensaba que llegaría a la India.
Las curiosidades del monumento de Cristóbal Colón son muchas, y es que la estatua guarda varios detalles que repasan algunos de los momentos más importantes de la biografía del almirante.
Por ejemplo, las carabelas con las que Colón llegó hasta el nuevo mundo en su primera ruta. Estas parecen estar saliendo del pedestal donde se yergue la estatua.
Pero uno de los datos más relevantes que podemos ver en el pedestal es la figura de la reina Anacaona, líder de los taínos cuando Colón desembarcó en La Española en su primer viaje.
El arte de la escultura es magnífico, y merece la pena pararse a observar cada una de sus piezas para conocer un poco de la historia y la cultura de Santo Domingo.
Cristóbal Colón tuvo una actividad frenética en sus respectivos viajes a América. En total fueron cuatro atravesando el mar, casi todos ellos partiendo desde el puerto de Palos, en Huelva.
El primero de ellos fue planeado en Sevilla, y llevó a Colón hasta la isla que hoy ocupan República Dominicana y Haití. Bautizada como la Española, el primer establecimiento de colonos fue el Fuerte de la Navidad, construido con los restos de la encallada Santa María.
En el segundo viaje, ya mejor preparado, Colón decidió establecer la primera ciudad del nuevo mundo al norte del país, conocida como Villa Isabela. La mala disposición geográfica de este lugar hizo que al final el interés urbanístico fuera redirigido hacia otra parte, y fue cuando se fundó la capital actual del país, Santo Domingo.
Y aunque cuando hoy paseamos por la ciudad encontramos muchos monumentos como el faro o el monumento de Cristóbal Colón, el verdadero fundador de esta ciudad fue su hermano, Bartolomé Colón.
La anécdota es que cuando se fundó la ciudad en el año 1498, Bartolomé lo hizo en el lado este del río Ozama. Cuando Nicolás Ovando llegó al poder, decidió empezar a construir los edificios más importantes en la parte occidental de la ciudad, en el margen oeste del río. Así que la ciudad colonial que hoy podemos visitar tiene como gran culpable a Nicolás Ovando, que curiosamente no lleva el apellido Colón.
