Hay un pequeño pueblo al sur de isla Saona en el que sus habitantes se dedican a la pesca, que tiene un encanto especial y que se ha convertido en un atractivo turístico singular. La fauna y flora del lugar, ubicado en el Parque Nacional de Cotubanamá, lo convierten en un paraíso de gran belleza.
El pueblo se llama Mano Juan, y hoy queremos adentrarnos en su historia. Acompáñanos a descubrir los orígenes de este enclave situado en plena reserva natural entre el mar Caribe y el océano Atlántico.
El origen de este pueblo y la isla en la que se encuentra se remonta a los primeros habitantes de La Española, en la que se encuentra República Dominicana.
Los taínos llegaron a este territorio hace siglos, aunque aún no se sabe de dónde procedían. Lo que sí se conoce es que la tribu Cotubanamá fue la primera en asentarse en lo que hoy es el pueblo de Mano Juan y sus alrededores, procedentes de Bayahibe.
El 15 de septiembre de 1949, durante el segundo viaje de Cristóbal Colón y su tripulación, los españoles llegaron a La Española. En ese momento el jefe de Cotubanamá decidió dejar Bayahibe y llevar a su tribu a Adamanay, que en taíno significa Isla de Refugio. Allí se asentaron con la intención de protegerse de los colonos españoles.
El nombre de isla Saona se debe a que uno de los tripulantes de Cristóbal Colón era un italiano que al observar Adamanay dijo: “qué bela savona!”, y a partir de ahí se le empezó a conocer como isla Savona. Después se pasó a llamar Saona a la isla, nombre por el que se la conoce en nuestros días.
En los años 40 del siglo XX, el gobierno de los Estados Unidos se fijó en Isla Saona, que para esa fecha estaba deshabitada, con el fin de convertirla en un emplazamiento militar estratégico en el mar Caribe.
No obstante, Rafael Leónidas Trujillo, que gobernaba el territorio para ese momento, se opuso todo lo que pudo a esta iniciativa. Al final, se construyó una base al norte de la isla, pero para evitar un conflicto diplomático no se ocupó la totalidad de esta.
Con el fin de que isla Saona no fuera colonizada por otros, Trujillo decidió enviar a varias familias para que fundaran una comunidad campesina, que cultivaran la tierra y desarrollaran la ganadería. Así es como se fundó el poblado de Mano Juan, con 12 familias que fueron allí con la promesa de prosperidad, y para servir a los americanos que estaban en el norte de la isla.
Los colonos dispusieron desde el principio de casas, escuela, hospital y una iglesia, todo un entorno en el que podían trabajar y desarrollar una comunidad que invitara a otros a unirse.
Fiel a sus orígenes, durante décadas los habitantes de Mano Juan se dedicaron a la agricultura, aprovechando que las condiciones del terreno eran perfectas para el crecimiento de la vegetación y la alimentación de animales.
También se ha aprovechado el entorno para la pesca, fuente principal de riqueza en la actualidad junto con el turismo.
En 1975, isla Saona fue declarada parte de la reserva natural de Cotubanamá, para proteger la flora y fauna autóctonas de la zona y cuidando el medio ambiente. Para ello, se prohibió la explotación agrícola y ganadera, con lo que la pesca se potenció junto con una floreciente oferta de turismo con actividades como el buceo, al que acuden muchos visitantes en barcos con ganas de pasar un buen día disfrutando del paisaje que proporciona nadar entre tortugas y tumbarse en la playa observando el horizonte.
Mano Juan cuenta hoy con cerca de 500 habitantes, que se dedican a pescar y ofrecer los negocios que prestan servicio a los turistas. Sus casas son de madera, y destacan como un atractivo más por los vivos colores con los que están decoradas
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